Escrito por Elena Caraballo Ruiz-Berdejo
Psicóloga General Sanitaria

Fobias específicas
¿Qué son las fobias específicas?
Las fobias específicas son uno de los trastornos más frecuentes. Suelen tener comienzo a los 7-11 años. Este trastorno remite espontáneamente al llegar a la adultez en aproximadamente un 20% de las personas; en los adultos, tiende a ser un trastorno crónico si no se recibe tratamiento.
Se tratan de un miedo excesivo e irracional persistente que se desencadena por la presencia o la anticipación de objetos o situaciones concretas (ej.: animales, alturas, oscuridad, volar, conducir, etc.). La exposición al estímulo fóbico provoca de forma inmediata ansiedad (incluso ataques de pánico) y pensamientos catastrofistas. En el caso de las fobias a animales, además del miedo, puede sentirse asco y repugnancia.
La persona con fobia específica tiende a evitar estas situaciones o las soporta con una gran ansiedad o malestar y realizando conductas defensivas o de búsqueda de seguridad (ej.: no mirar, agarrarse fuerte, distraerse, etc.).
Esta evitación o malestar en las situaciones fóbicas resulta limitante y afecta a la vida normal de la persona en sus actividades laborales, académicas y/o sociales.
No se considera fobia específica si el miedo se explica mejor por la presencia de otro trastorno psicológico. Por ejemplo, el miedo a engordar en el caso de las personas con trastornos de la conducta alimenticia.
Las personas con fobia específica temen un posible daño, pero también pueden temer perder el control, hacer el ridículo, desmayarse, tener un ataque de pánico, contraer alguna enfermedad/contaminarse o experimentar ciertas sensaciones (ej.: dificultades para respirar, mareo, temblores, etc.).
Las personas con fobias específicas suelen tener o han tenido anteriormente otros trastornos de ansiedad o trastornos depresivos. Cuantas más fobias tiene una persona, mayor probabilidad de presentar otro trastorno de ansiedad.
Síntomas de las fobias específicas
Dado que la emoción del miedo se asocia a una activación del sistema nervioso simpático, las fobias se manifiestan por:
- Taquicardia
- Palpitaciones
- Aumento de la presión sanguínea
- Hiperventilación
- Opresión en el pecho
- Temblores
- Tensión muscular
- Sudoración
- Malestar estomacal o intestinal
Cuando la situación fóbica produce asco, como en el caso de las fobias a los animales (ej.: roedores, insectos, etc.) y en las fobias de sangre/inyecciones/daño corporal (SID), las manifestaciones se asocian a la activación del sistema nervioso parasimpático:
- Desaceleración cardiovascular
(Un aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardíaco seguido de una rápida caída de estos parámetros puede conducir al desmayo o sensación de desvanecimiento).
- Disminución de la temperatura de la piel
- Boca seca
- Náuseas
- Dolor o malestar en el estómago
- Mareo
Si es un niño el que presenta la fobia, ten en cuenta que las manifestaciones pueden ser diferentes: lloros, rabietas, inmovilidad, conductas evitativas como aferrarse o esconderse detrás de otra persona, etc. Además, los adultos reconocen que su miedo es desproporcionado respecto al peligro real, pero los niños pueden no darse cuenta.
Causas de las fobias:
- Vulnerabilidad biológica
o Sistema nervioso autónomo inestable
o Historia familiar de fobias específicas o de trastornos de ansiedad
o Propiedades fóbicas del objeto o situación: es más fácil adquirir una fobia si filogenéticamente representaba una amenaza para la especie.
- Vulnerabilidad psicológica general
Percepción de impredecibilidad, incontrolabilidad, peligrosidad y asco de un estímulo debido a:
o Miedos y creencias transmitidos durante la infancia por los padres o los medios de comunicación.
o Estilos educativos y de crianza (ej.: padres sobreprotectores o vínculos de apego inseguros que reducen las experiencias de control y la autonomía del niño)
o Un evento estresante o traumático
- Muerte de un familiar
- Maltrato
- Abuso sexual
o Falta de habilidades de afrontamiento
o Falta de apoyo social
o Ciertas características de personalidad (ej.: susceptibilidad a la ansiedad, inseguridades, actitudes negativas, etc.)
- Vulnerabilidad psicológica específica
o Eventos traumáticos relacionados con el estímulo fóbico (ej.: ataque de un animal o quedarse encerrado). El evento puede haberle ocurrido a la propia persona o haberlo observado en otras personas significativas.
o Menor número de experiencias seguras previas con el estímulo fóbico.
o Exposición poco frecuente tras la experiencia negativa con el objeto o situación fóbica.
Las fobias específicas más comunes:
Fobia a las alturas (acrofobia); miedo a volar (aerofobia); miedo a los espacios pequeños (claustrofobia); fobia a algunos animales (zoofobia); fobia a la sangre, inyecciones o heridas (SIH); miedo a los fenómenos atmosféricos como las tormentas (brontofobia); miedo a ir al dentista (dentofobia o fobia dental);
Tratamiento de las fobias
- Exposición en vivo:
Exposición repetida al estímulo fóbico, durante el tiempo que sea necesario (de minutos a horas), hasta conseguir una habituación al estímulo, la reducción de la ansiedad asociada y la disminución del deseo de huir de la situación.
Esta exposición se realiza de manera gradual según una jerarquía de situaciones, que provocan de menor a mayor ansiedad, creada por la persona con fobia con ayuda del terapeuta. Cada paso de la jerarquía se repetirá hasta que el nivel de ansiedad sentido sea nulo o muy leve.
- Exposición en imaginación o realidad virtual.
Sigue el mismo principio que la exposición en vivo. Consiste en imaginar de forma realista las situaciones temidas. Es menos efectiva que la exposición en vivo, por lo que se lleva a cabo cuando no es posible exponerse a la situación fóbica en la realidad por su alto coste o imposibilidad.
- Exposición interoceptiva: exposición a las sensaciones temidas
- Modelado participante:
Es un tipo de aprendizaje por observación. Se basa en la imitación de las conductas realizadas por un modelo ante una situación concreta (en este caso, situación fóbica). Suele emplearse para enseñar nuevas habilidades y es muy útil con los niños. El modelo lleva a cabo una exposición en vivo al estímulo fóbico y el observador interactúa mientras que el modelo va administrando refuerzos a la conducta objetivo.
- Técnicas de respiración y relajación
- Reestructuración cognitiva: esta técnica se utiliza para ayudar a la persona a modificar sus pensamientos, es decir, a cambiar el modo en que se interpretan los acontecimientos y el entorno.
Estas técnicas se complementan unas a otras.
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