Aprender a vivir en el presente

Escrito por Elena Caraballo Ruiz-Berdejo
Psicóloga General Sanitaria
Todos sabemos que vivimos en el presente, pero a veces con la presión del futuro y el peso del pasado, podemos olvidarnos de que solo podemos actuar en el presente. Debido al trabajo, las prisas, el estrés y otros factores, solo tomamos consciencia de nuestro aquí y ahora cuando las situaciones cambian o son adversas (por ejemplo, cuando enfermamos).
Limitar lo que hacemos y sentimos por lo que fue y por lo que será puede llevarnos a estados de ánimo negativos.
Recordar con nostalgia el pasado e imaginar y hacer planes para el futuro requiere a menudo mucho tiempo y energía.
La angustia del pasado

Todos nos perdemos en nuestros recuerdos de vez en cuando y no hay nada de malo en ello. Los eventos que nos han ocurrido y sus recuerdos determinan nuestra identidad.
Cuando en el presente no encontramos emociones y estímulos positivos, es más tentador recorrer nuestro pasado y aferrarnos a esos recuerdos como si fueran tesoros. El problema es que cuando nos anclamos en el pasado, no nos permitimos avanzar y crecer. Revivir el pasado de forma obsesiva, puede dañar nuestra salud mental, al impedirnos disfrutar el presente. También hay recuerdos que despiertan emociones que suscitan malestar en nosotros, como por ejemplo, tristeza o culpa.
La incertidumbre del futuro

A todos nos ha sucedido alguna vez que nos hemos puesto a encadenar un pensamiento sobre el futuro después de otro sin poder interrumpirnos, generando una excesiva preocupación por el futuro. Este hábito tan común y tan arraigado en nuestro estilo de vida, obliga a la mente a malgastar recursos y energía y a estar alerta continuamente.
El futuro nos asusta y ese miedo viene de imaginarnos los potenciales escenarios y amenazas futuras. Esta estrategia mental es útil para sobrevivir, pero falla cuando no sabemos gestionar la incertidumbre o prevenir la ansiedad asociada.
Pensar constantemente en el futuro nos impide apreciar el momento presente y todos los logros que hemos conseguido hasta ahora.
Aquí y ahora

La única realidad sobre la que podemos realmente intervenir es el presente. El aquí y ahora es nuestro radio de acción. Solo podemos disfrutar del presente, de los pequeños momentos de los que está compuesta la vida.
Esto no quiere decir que no pensemos en el pasado y el futuro.
Recordar el pasado ayuda a aprender de nuestros errores y mejorar e imaginarnos el futuro ayuda a motivarnos para conseguir nuestras metas, conocer posibles obstáculos y prevenirlos o encontrar soluciones desde el presente.
Es importante aprender a separar las emociones de la situación y ser capaces de encontrar nuevos caminos para seguir adelante. Para esto, la mejor técnica es concentrarse en el momento presente y vivirlo. Esto puede parecer difícil de hacer, pero con un poco de práctica, podréis incorporar esta actitud a vuestra personalidad.
El primer paso es aceptar que los cambios pueden ser positivos y que la vida consiste en cambios, evolución y crecimiento.
Aprender a vivir en el presente

Para poder vivir en el presente, es importante frenar la inercia de nuestras emociones y del peligroso diálogo interior al que estamos acostumbrados.
Otra técnica a la que podemos recurrir es el mindfulness. Se trata de una técnica que ayuda a tomar consciencia plena del momento presente, lo cual procura la calma necesaria para responder, y no solo reaccionar, a las circunstancias que debemos afrontar.
Algunas recomendaciones para aprender a vivir el momento presente son:
- Mirar el pasado con gratitud
- Disfrutar el presente con entusiasmo
- Construir el futuro con esperanza
- Sé realista con tu presente
- No idealizar el futuro imaginado.
“La verdadera generosidad hacia el futuro radica en dárselo todo al presente”
(Albert Camus)
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