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  • Foto del escritorElena Caraballo

¿Cómo comunicarle la pérdida de un ser querido a un niño?


¿Cómo comunicarle la muerte de un ser querido a un niño?



Ante la muerte de un ser querido, los padres se enfrentan a la gran incógnita de cómo comunicarles la muerte a los hijos. Aquí te dejo algunas recomendaciones para saber cómo decírselo:


· Adaptar el lenguaje a la edad y capacidad de comprensión del niño.


· Contárselo con un tono de voz sereno y tranquilo.


· Contarle lo ocurrido en un lugar tranquilo y a solas para que el niño pueda expresar libremente sus sentimientos y dudas.


· Contarle la verdad. Contarle que el cuerpo se para del todo, no tiene vida y que no siente ni sufre nada. Esto evitará que se hagan ilusiones de volver a ver a la persona.


· Resolver todas sus dudas de la manera más sincera posible.


· Hablar de lo que ocurrirá el futuro o de qué manera afecta a sus vidas la pérdida del ser querido. De esta manera el niño no sentirá tanta incertidumbre, sabrá qué esperar y se sentirá más seguro.


· Dar muestras de cariño y de apoyo al contárselo.


· Explicarle que la muerte es un suceso natural y que les llegará a todas las personas. Explicar que nadie puede evitar la muerte y que nadie tiene la culpa.



Hay que tener cuidado con lo que les contamos a los niños, ya que éstos tienen una gran fantasía y pueden hacerse ideas equivocadas. Por ejemplo, algunos padres explican la muerte diciendo que la persona fallecida era muy buena y que estará mejor en otro lugar; esto puede llevar a que el niño presente conductas desadaptativas para “ser malo” y así no morir.


Otro ejemplo sería la metáfora que utilizan algunos padres cuando le dicen a su hijo que la persona fallecida está de viaje; esto causará que el niño espere que la persona vuelva y, al comprobar que no vuelve, puede sentirse abandonado o desarrollar un miedo a viajar.


Otra metáfora mal utilizada es cuando los padres dicen que la persona que ha muerto se ha quedado dormida y no se va a despertar más; esto puede llevar a que crea que el fallecido se va a despertar algún día, provocar un miedo a dormir o temer que otro familiar se duerma.




Una pregunta que se suelen hacer los padres frecuentemente es si es conveniente que los hijos asistan a un funeral.


A partir de los 6 años, los niños son capaces de entender el simbolismo de los ritos funerarios, así que si él lo desea puede asistir. Sin embargo, es importante que alguien le explique antes de qué se trata y qué va a ver para que no se asuste y sepa qué está pasando. Si el niño/a no desea asistir, no se debe insistir en que vaya ni reñirle. En este caso se le pueden proponer otro tipo de ritual de despedida como hacerle un dibujo o escribirle una carta a la persona fallecida.



Escrito por Elena Caraballo Ruiz-Berdejo

Psicóloga General Sanitaria



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