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El duelo y sus características

Duelo y pérdidas


Escrito por Elena Caraballo Ruiz-Berdejo.

Psicóloga general sanitaria.


¿Qué es el duelo?

El duelo psicológico es un proceso normal y necesario por el que pasa una persona tras una pérdida (ej.: muerte o abandono de un ser querido, una ruptura sentimental, pérdida de salud y capacidades físicas, pérdida de un empleo, pérdidas materiales, cambios de etapas vitales, etc.). El objetivo de este proceso es la adaptación emocional y la asimilación de las nuevas circunstancias.

El duelo es un proceso universal, pero a la vez es personal y social. Es decir, que cada persona puede experimentar el duelo de una manera diferente y a la vez existen rituales propios de la cultura y la sociedad en la que se vive.



Etapas del duelo


El proceso de duelo suele pasar por las siguientes etapas:

1. Negación:

En esta fase la persona no acepta la realidad. Es la primera reacción y tiene como función amortiguar el impacto de la pérdida. Se caracteriza por incredulidad y distanciamiento emocional con la situación dado que no se está preparado para asumirla. Surgen bloqueos emocionales y es típica la ausencia de reacciones.


2. Enfado:

Cuando se deja de negar la realidad de la pérdida, el dolor es demasiado intenso y se expresa en forma de ira. En esta fase puede aparecer culpa y enojo dirigidos a cualquier persona u objeto, a uno mismo o a la persona fallecida.

Es necesario reconocer y aceptar la rabia para poder sacarla.


3. Negociación:

Esta fase puede surgir antes de que se dé la pérdida (ej.: durante la fase terminal de la enfermedad de un familiar). En esta fase, la persona intentar posponer y retrasar el dolor, evitar la realidad. Es un intento por recuperar el control ante la situación tan difícil y los sentimientos de impotencia y vulnerabilidad.

4. Depresión:

Esta fase surge cuando ya la persona no puede seguir negándose la realidad y prepara a la persona para la aceptación de la pérdida y la despedida del ser querido.

Los síntomas característicos de esta fase se asemejan a los de un trastorno depresivo: tristeza, llantos, apatía y desmotivación, sentimientos de vacío y soledad, alteraciones del sueño y el apetito, dificultades para concentrarse, incertidumbre sobre el futuro, etc.

Es la fase en la que más personas se quedan atascadas. Ayuda poder apoyarse en los familiares y amigos y hablar sobre la pérdida y las preocupaciones al respecto.

5. Aceptación:

Es la última fase del duelo. En esta fase se asume que la pérdida es inevitable, que la vida continúa y se retoma la rutina. Los buenos recuerdos empiezan a ser más frecuentes que los recuerdos de la pérdida y la persona empieza a poder hablar sobre la pérdida.

La persona comienza a aceptar y comprender la situación, a encontrar paz y se da permiso para continuar a pesar de la ausencia del ser querido.

Cada persona puede vivir estas etapas con una intensidad y duración diferentes. El duelo es un proceso personal que tiene que superar cada uno dejándose sentir el dolor. Resistirse a la nueva realidad y a las emociones solo prolonga el proceso normal de duelo.

Si la persona se atasca en alguna de estas fases, es necesario buscar ayuda psicológica para lograr que supere sus dificultades y que avance en su recuperación y vuelta a la rutina.


Tipos de duelos

1. Duelo anticipado

Se da antes de que haya ocurrido la pérdida. Ej.: Cuando se diagnostica una enfermedad que no tiene cura o en estado muy avanzado; cuando se prepara un divorcio, …).

Es un proceso de duelo prolongado y cuando llega la muerte, se está un poco más preparado emocionalmente que en un duelo normal.

Se diferencia de un duelo normal en que los sentimientos son más inestables y ambivalentes, ya que la persona sigue presente.

2. Duelo sin resolver

Se trata de un duelo que se ha quedado atascado en alguna de las fases. Se considera duelo sin resolver cuando ha pasado bastante tiempo desde la pérdida y aún no se ha superado (entre 18 y 24 meses).

3. Duelo crónico

Se da cuando la persona no es capaz de superar la pérdida del ser querido. Es un duelo sin resolver que puede durar años o no llegar a resolverse.

En este tipo de duelo, la persona revive frecuentemente la muerte del ser querido y todo le recuerda a esa experiencia. El malestar se vuelve permanente y puede desencadenar en episodios de depresión. Se acompaña de ansiedad, tristeza, culpa, desmotivación y desilusión. Puede convertirse en una nueva forma de vida.

4. Duelo ausente

Este tipo de duelo ocurre cuando la persona niega que haya ocurrido la pérdida y sigue negando la realidad. La persona bloquea sus sentimientos y no habla del tema. El dolor bloqueado suele presentarse en forma de ansiedad, irritabilidad o síntomas somáticos.

5. Duelo retardado

Es un duelo normal que tiene un inicio más tardío. Suele ser un efecto del duelo ausente. Se da en personas que controlan en exceso sus emociones y que, en el momento de la pérdida, se ven en la necesidad de atender otras cosas más urgentes (ej.: familia a cargo, etc.)

6. Duelo inhibido

Se produce cuando hay una dificultad para expresar las emociones, una anestesia emocional. Se suele asociar a quejas psicosomáticas y ansiedad.

Puede darse en niños, personas con discapacidad cognitiva o personas que intentan mantenerse fuertes ante los demás, dado que no tienen la posibilidad de hablar sobre la situación y lo que sienten.

7. Duelo desautorizado

Ocurre cuando las personas del entorno no aceptan el duelo por el que está pasando, le reprochan que siga en duelo o no aceptaban a la persona fallecida o ausente (ej.: persona excluida de la familia o estigmatizada, muerte de una mascota). Cuando los familiares descalifican el sufrimiento de la persona en duelo, esta reprime sus sentimientos frente a la familia, pero en el fondo no ha superado el duelo.

8. Duelo distorsionado

Es un duelo con reacciones intensas y desproporcionadas a la situación. La persona se siente desbordada. Suele ocurrir cuando se ha pasado por otro duelo recientemente y el nuevo duelo hace que se reviva otra vez.

Factores de riesgo para un duelo patológico:

· Una muerte inesperada o violenta (ej.: accidente de tráfico, asesinato, suicidio, muerte en acto de servicio, incendios, catástrofes naturales, etc.).

· Muerte de un niño

· Relación muy cercana o dependiente con la persona fallecida

· Relación ambivalente con la persona fallecida

· Falta de un sistema de apoyo o amistades (o entorno con el que no se puede hablar sobre la pérdida).

· Antecedentes de trastornos psicológicos (ej.: depresión) y/o dificultades en el manejo de las emociones y el malestar.

· Traumas de la infancia (ej.: abuso o negligencia)

· Falta de adaptabilidad a los cambios vitales

· Antecedentes de otros duelos complicados

· Otros factores de estrés

¿Cómo ayudar a una persona a superar el duelo?

- Dejar que la persona llore y exprese sus sentimientos

- Escuchar activamente e interesarte por la persona.

- Estar preparado para presenciar el dolor de la persona y sus familiares. Puede ser que te sientas incómodo, pero es lo que la persona necesita, sacar sus emociones y preocupaciones.

- Estar presente y disponible.

- Respetar el tiempo y los pasos que va dando la persona que pasa por un duelo. El duelo es un proceso muy personal y lo que te sirvió a ti puede que no le sirva a esa persona. No decirle lo que tiene que hacer.

- Ofrecer ayuda en cosas concretas y/o acompañarle a hacer tareas.

- Dar apoyo y cariño.




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